La mayoría de las veces las personas
no son capaces de darse cuenta de aquello que tienen, porque esas personas o
bien no tienen el acceso a la información que deben tener para poder comparar
si es bueno o malo lo que esta a su alcance, o porque sencillamente no les
interesa las penurias que otras personas puedan o debieran pasar para poder
siquiera tener una educación digna, cuando esto debería de ser algo que hoy en
día este en la orbita de todas las personas de este mundo.
La exposición de “Caminos a la
escuela”, que se puede visitar en la Fundación Canal, brilla por dos puntos. El
primero, las 18 historias que se cuentan, a través de fotografías, de las
dificultades por las que pasan los niños de todos los continentes (si, en
Europa también sucede) para poder tener una educación digna. El segundo punto
por que el brilla, es por la ausencia de visitantes, y esto es bastante malo,
ya que el poder visitar esta exposición le abriría los ojos a muchas personas
que no solamente valorarían mas lo que tienen, sino que intentarían hacer lo
que estuviera en sus manos para poder ayudar a los demás.
Foto: Diego De Vita
Sinceramente, es bastante triste
darse cuenta de que todas estas historias están relacionadas con personas que
no tienen recursos, estrechando la mano entre la pobreza y la educación. He
aquí la cuestión: la educación sigue siendo cosa de aquellos que pueden, y
sigue sin ser un derecho “real”. Algo real es algo que se puede llevar a cabo,
que se puede hacer, que se puede alcanzar. No es el caso de todos los niños,
estos 18 que son retratados son “privilegiados” por poder educarse, algo que
tendría que ser lo normal.
Esta claro que hoy en día, lo que
sigue importando no es la educación de las personas, sino que lo que importa es
que los ciudadanos estudiemos lo menos posible, no aprendamos ni nos
informemos, ser ignorante es el objetivo, y el puente de este camino lo
estrechan los poderes políticos de cada nación. Pero no solo hay que echar
culpa a estos, aunque es verdad que son los mayores culpables. Nosotros mismos
somos parte de ese sistema que impide que muchos chicos ni siquiera puedan
asistir a clase, y somos parte de eso porque sabemos que esta ahí, y nos
quedamos tranquilos tan solo diciendo “que es una injusticia”.
Foto: Diego De Vita
Todo cambio lleva su tiempo, pero
sino empezamos desde abajo no llegaremos a ningún lado. Debemos darnos cuenta
de que no son solo estas 18 historias, sino que son millones de historias que
tienen tantas dificultades para poder tener un clase, pero son muchos millones
mas que ni siquiera les damos la posibilidad de tener una educación digna.
Visitar la exposición, y
comprenderéis exactamente de lo que estoy hablando. La podéis encontrar en la
Fundación Canal, en Madrid, hasta el 5 de Enero.